Toda ella es una curva serrada,
dientes viejos de sonrisa precoz,
boca que todo lo engulle y que nada oculta.
En ella cada camino es un desvío,
una invitación a mirar lento,
a respirar antes de caer en su mordida.
Esta bestia te atrapa en su centro,
corazón vetusto de lava y alma negra,
para cargarte después en su lomo de dragón.
Preciosa!
¡Gracias Silvia!