Azúcar en los bolsillos

Es el día de la mujer.
Hay puños morados en alto
por toda la ciudad.

Mujeres, muchas mujeres,
pero yo no las veo,
no las oigo, no están.

Solo veo una sonrisa,
gigante como un fantasma.
Una serie de risas,
de dientes sonrientes,
de dulzura de tarta de queso.

Y no puedo parar de reír,
y llorar. Reír y llorar.
Llorar porque una sonrisa
nunca debería ser triste.
No debería marcharse jamás.

Y reír por la suerte
de haberla conocido,
como cuando encuentras
azúcar en los bolsillos.

Es el día de la mujer
pero para mí siempre será
el día de su sonrisa.

A Chiqui

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