Tarde de domingo. Sobremesa. Bajo lámparas de luz difusa.Terciopelo rojo nos acoge. Una música que cesó en el tocadiscos nos mece.
Yo me muerdo las ganas de dormir mientras me aferro a tu nuca.
Tú me llevas atrás en el tiempo como buen trovador aventurero.
Este lugar es nuestro aunque esté repleto de otras almas y más miradas.
Dos cafés. En dos tiempos. Dos vacíos. A dos calores. El color se queda dentro. El amor se empeña en besar el vidrio.