No quiero saber tu nombre,
me basta mirar la máscara,
la sonrisa en tu pecho,
tus lágrimas sin dueño.
No me digas tu apellido,
no me cuentes tu pasado
atropellado en cunetas
de caminos atravesados.
No quiero llegar al fondo,
donde tu aire me asfixie
o se hundan mis cimientos.
No, no quiero aunque debo.