Ausencias

Cada cierto tiempo, el mar deja de supurar por sus heridas. Es cuando da la bienvenida al dulce río y a las lágrimas de los navegantes. Entrelaza sus corrientes y barre el fondo abisal.

El mar, panza arriba, mira el Sol, y lo desafía con su brillo de espejo. Guiños, verdades, mentiras que las gaviotas toman como señal. Hay que lanzarse. No se puede vivir de espaldas al mar.

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Silencio

La casa se construyó alrededor de un patio. El patio no existió hasta que se elevaron los muros a su alrededor. El cuerpo quiso abrazar esos muros y nombrarlos hogar. Las paredes gemían cuando el viento quería invadir su espacio secreto. La ausencia lloraba sobre la fuente del patio cuando cesaba la lluvia. La orquesta tocaba frente a la puerta y acentuaba los anillos en la madera.

¿Dónde vives, silencio? ¿Dónde naces? ¿Dónde mueres?

En cada casa, en cada patio, en cada muro.

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