Te libero, corazón mío.
Bate al ritmo de las olas,
sonríe a las gaviotas,
adéntrate en lo más frío.
Ya aprendiste suficiente,
suelto los hilos de la cometa,
sube todo lo que puedas
hasta quemarte lentamente.
Aquí yace tu recuerdo,
un altar con tu olor y sueños,
una puerta hecha con ventanas
abiertas a los nuevos vientos.