Pido disculpas por atrasado,
porque la ceguera se elige
y derrochar luz es pecado.
Junto las manos en el pasado,
trenzo ayeres en su urdimbre.
Mi alma se moja, enfila el ojo.
Pincho, sangro, muero un rato.
La mentira, sin escapatoria,
rompe en su estampida el espejo.
Despierto nueva, a un lado
la verdad sueño se extiende,
arrastra las agujas y la sangre.