El desorden de los nombres
que no llegaremos a pronunciar.
Una nube se echa a dormir
y se deshace en mentiras.
Las líneas de la mano
llevan trenes de carga y culpa.
Tiempo y espacio chocan,
suceden misterios y milagros.
Todo lo desechado, en el andén.
Algún niño jugará con mis recuerdos.
Fantástico! Me dejaste sin palabras.
Muchas gracias Susana. Un placer que te haya gustado.