Los pasos vencidos,
zapatos derretidos.
Sirena quiebra,
y el silencio se desvela.
Marea de coches,
peleas y derroches.
Dice la leyenda
que no somos los que cuentan.
Bajo el mismo sol,
sobre el mismo latido.
En la misma prisión
todos buscamos un sentido.
Arterias descorchadas.
Amantes sin medida.
Desnudan las paredes
los gritos y bocinas.
Qué bueno que lo publicaste. Sí, faltaba.
Nunca es tarde… 🙂