Redondas y comprimidas como miga de pan entre mis yemas.
Oscuras y acuosas como tus pupilas al mirarme.
Tiernas y simples como beso al aire.
Livianas como caricia de duermevela.
Profundas como voz quebrada.
Atentas como alarma.
Dichas. Recibidas. Devoradas.
En mí. En ti. En nosotros.