Soplo al corazón

Soplo y soplo al corazón,
esperando secar la herida
antes que la lágrima nazca.

Somos nubes por formar,
bailando la danza de las aves
que no planean regresar.

Síntomas de un dorado viejo,
las miradas dudan si soñar
en los tiempos que vendrán.

Cada ojo despierta a su hora,
a la luz de la sabiduría
o al compás de la paz.

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Me declaro Eva

Me declaro Eva,
culpable de mi herencia,
poco más que un cliché velado.

En busca del cielo
abro los ojos de noche,
alas heridas en pleno vuelo.

Viaja la poesía
veloz cual enamorado,
a su paso jirones de tierra.

Deseo de amnesia,
historia en blanco de mí.
No más lágrimas sin comandante.

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Ausencias

Cada cierto tiempo, el mar deja de supurar por sus heridas. Es cuando da la bienvenida al dulce río y a las lágrimas de los navegantes. Entrelaza sus corrientes y barre el fondo abisal.

El mar, panza arriba, mira el Sol, y lo desafía con su brillo de espejo. Guiños, verdades, mentiras que las gaviotas toman como señal. Hay que lanzarse. No se puede vivir de espaldas al mar.

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Adiós, noche

Érase un día que dejó caer su máscara de noche y pesadumbre y nos dejó ver los poderosos rayos de su verdad.

El amor ciega como luz de la mañana reflejada en un cristal.
La luz ama cuando nos acaricia los cuerpos tendidos en sudor.
Seca la sangre que escapa a borbollones de las heridas invisibles.
La común unión de dos cuerpos se consagra en este torpe y mullido altar.
No hay oscuridad que unos ojos abiertos no pueda resquebrajar.
Fibras sensibles sobre bastas urdimbres borrachas de alcohol.
Instrucciones para dejar reposar este amor y volverlo creíble.

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Zona de seguridad

Fuera de la zona de seguridad
Una torre de Babel de noticias
Nos informan que estábamos en peligro
Y que nos dejamos caer

Las heridas sangran y celebramos en el bar
Que no nos duelen porque son invisibles
Y mientras tanto nos miramos a los ojos
Ese, nuestro búnker anti-crisis

Cuatro, tres, dos, uno
Sigue el camino de flechas
Tú estás aquí, cada día menos persona
Más número divisible, quebrado y dual

Deja que los billetes fluyan
No hay era ni revolución que se les resista
Finánciate las vacaciones en el chalet de papá
En el otro lado ya desapareció el gras

Un obladí-obladá para antes de dormir
El sueño sigue en los altavoces de la disco
Y qué más hacer que sacar brillo a estas cuerdas
Enroscarse en ellas hasta vivir

No se está tan mal en la ciudad
Con ventanas al mar y a lo que pudo ser
Un huerto salvaje en cada patio
Nos devolverá la fe en nuestras manos

Busca fuera, mira dentro
Sigue el camino de flechas
Tú estás aquí, cada día menos persona
Más número divisible, quebrado y dual

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