No necesito que me llenes, ya estoy plena, mas no quiero desbordarme.
No te compares conmigo, no somos espejos.
No me pidas compañía si no es para jugar conmigo.
No me pidas que te quiera a tu manera, ni demostraciones continuas. Lo sabes, lo entiendes, lo sientes.
No sopeses lo que no hago, valora lo que ya hice.
No te vuelques en mí, eres más grande que yo y podría caerme.
No des más de lo que no puedas aceptar.
No fuerces las puertas de mi corazón, puedes entrar por sus ventanas.
Que tu felicidad no dependa de la mía, pero que tu sonrisa se agrande junto a la mía.
Puedo decir «no», pero no significa basta.
Y así:
No necesito que me llenes, no quiero desbordarme.
No te compares conmigo, nos miramos en el mismo espejo.
No me pidas compañía si no es para jugar conmigo.
No me pidas que te quiera a tu manera, te quiero a la mía.
No sopeses lo que no hago sin valorar lo que ya he hecho.
No te vuelques en mí, ¡me aplastas!
No me des más de lo que tengas.
No fuerces la puerta de mi corazón, entra por sus ventanas.
Que tu felicidad dependa de la mía y tu sonrisa se agrande conmigo.
Cuando a veces digo «no», no siempre significa basta.