Torpes.
Somos torpes.
Muy torpes.
Somos demasiado torpes.
Ruge el roce leve del aire que danza sobre las ascuas.
Ya no queda nada de nuestra torpeza.
Y la piedra buscó otro amor.
Torpes.
Somos torpes.
Muy torpes.
Somos demasiado torpes.
Ruge el roce leve del aire que danza sobre las ascuas.
Ya no queda nada de nuestra torpeza.
Y la piedra buscó otro amor.
De acuerdo contigo. Muy buen poema.
¡Gracias Silvia!