Mido el tiempo que me queda
en pasos, alientos, miradas que dar.
Sumo escalones a mi espalda,
como todos, no me siento especial.
Surco bosques, ríos, veredas,
perdida como pez que llega al mar.
Descubro las señas de mis padres,
esas que me dejaron al pecar.
Y guardo dentro solo una duda,
si las alas de fuego me dejarán volar.