Es medianoche y me despierto. Ya no estás. Fuiste un sueño corto, profundo, mas leve cual filo de guadaña.
Es medianoche y ya da igual. Las estrellas brillan más naranjas que nunca. Se escapa una lágrima de su redil.
Es medianoche y vuelvo a la vida. Se ha deshecho el conjuro. Hay que sacar brillo de nuevo a la bola de cristal.
Es medianoche y escribo. Y ya no es medianoche. Es mañana sin amanecer. Es un día sin caricias. Saco un beso del cajón.
Es medianoche en cualquier lugar. Cierro los ojos y tú los abres. Es tu turno. Es tu noche. Era mi medianoche.
Magistral. Es el poema que más me ha gustado hasta ahora de todos los que has escrito.